Cuando
mencionamos la Dieta Mediterránea rememoramos la cocina de las
abuelas, de sabores intensos, lenta y cuidada preparación. Por
desgracia, aunque se la nombra a menudo, es una dieta mal conocida y
está siendo abandonada, sacrificada por la comodidad y las prisas. Y
es que la
dieta mediterránea es un estilo de vida,
no sólo un patrón de alimentación, que incluye alimentos
locales,
propios de la zona
mediterránea, tradiciones
y
costumbres. Tengamos en
cuenta que la palabra dieta
deriva del griego “diaita”, que significa precisamente eso, estilo
de vida.
En
el Decálogo de la Dieta
Mediterránea,
difundido por la Fundación
Dieta Mediterránea,
encontramos la clave para
una dieta sana y equilibrada:
DECÁLOGO
DE LA DIETA MEDITERRÁNEA
1-
Utilizar
el aceite
de oliva
como principal grasa para cocinar.
2-
Consumir
alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas,
verduras, legumbres y
frutos secos.
3-
El
pan y los alimentos procedentes de cereales
(pasta, arroz), y especialmente los derivados integrales,
deben formar parte de la alimentación diaria.
4-
Los
alimentos
frescos y de temporada,
poco
procesados, son los más adecuados.
5-
Consumir
diariamente productos lácteos, principalmente yogur
y quesos.
6-
La
carne roja se tendría que consumir con moderación, mejor como parte
de guisos y otras recetas. Las carnes procesadas (embutidos y
conservas), en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos
o platos.
7-
Consumir
pescado
en abundancia, y huevos
con moderación.
8-
La
fruta
fresca
tiene que ser el postre habitual, mientras que los dulces y los
pasteles deben consumirse ocasionalmente.
9-
El
agua
es la bebida por excelencia. El vino
ha de tomarse con moderación y durante las comidas, (como máximo 2
copas al día).
10-
Realizar actividad
física
todos los días es tan importante como alimentarse adecuadamente.
Más
adelante iremos detallando cada uno de los puntos clave de este
sanísimo estilo de vida.