jueves, 19 de mayo de 2016

MANGO AFRICANO

La obesidad es un problema de salud en los países más avanzados, y empieza a serlo en las áreas urbanas de los países emergentes, donde se acusa más el cambio de estilo de vida: abandono de una alimentación rica en fibra por otra con mayor cantidad de grasas saturadas, sustitución de la actividad física diaria por el sedentarismo...
Más que un problema estético, la obesidad y el sobrepeso suponen una seria amenaza para la salud por las consecuencias que conllevan: diabetes, hipertensión arterial, aumento del colesterol..., se trata, pues, de un problema socio-sanitario. Por ello cada vez se dedican más esfuerzos en investigar acerca de este trastorno, y se buscan remedios para combatirlo.
Una prometedora ayuda en los programas de adelgazamiento, junto con una dieta equilibrada y el ejercicio físico, es el extracto de mango africano (Irvingia gabonensis). Se trata de una fruta común en la cocina de Camerún y de Nigeria, donde los nativos la han usado tradicionalmente en los viajes largos porque, gracias a su cantidad de fibra, calma el hambre y proporciona energía.
A su capacidad saciante hay que añadirle otras magníficas propiedades: disminuye el depósito de grasa abdominal porque inhibe la lipogénesis (fabricación de grasa), promueve la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, y mejora la respuesta a la insulina.
El mango africano tiene este efecto beneficioso sobre nuestro metabolismo porque influye en los niveles de dos importantes hormonas formadas por los adipocitos (células del tejido graso): la leptina y la adiponectina.
La leptina es la encargada de informar a nuestro cerebro del estado de nuestras reservas de grasa: en teoría, la ganancia de grasa corporal supone más leptina, la cual aumenta el gasto de energía y reduce el apetito. Este mecanismo de equilibrio energético funciona perfectamente en personas con peso normal, pero se desajusta a causa de la obesidad y el sobrepeso. En las personas obesas se detectan mayores niveles de una proteína (proteína C reactiva), que dificulta la acción de la leptina y en consecuencia su poder saciante. Los extractos de mango africano reducen la cantidad de proteína C reactiva y de ese modo mejoran la respuesta del cuerpo a la leptina.
La adiponectina, que también es fabricada por el tejido graso, está relacionada con el metabolismo de los azúcares y las grasas, de manera que niveles altos de adiponectina favorecen la pérdida de peso, pues ayuda a la insulina a que realice su misión de quemar combustible. El mango africano aumenta la síntesis de adiponectina, reduciendo así la resistencia a la insulina que es común en los casos de obesidad.
Otras sustancias presentes en el mango africano, como algunos antioxidantes y su aporte de proteína de origen vegetal, pueden ser los responsables del efecto beneficioso que los extractos de esta fruta tienen sobre el colesterol y los triglicéridos.
Mientras continúan los estudios para identificar todos sus componentes y propiedades, podemos afirmar que el extracto de mango africano es un complemento idóneo para controlar el peso, acompañando siempre a una alimentación equilibrada y a la práctica regular de actividad física.