Se
acercan las fiestas y con ellas el temor o la resignación
a subir
de peso,
pues vivimos como algo irremediable engordar durante esta época.
Cada año, además, las tiendas nos presentan los dulces y productos
navideños con mayor anticipación, así que empezamos a comer turrón
en octubre y terminamos en febrero; de este modo parece difícil no
comenzar el año nuevo con “kilos
nuevos”.
No
debemos rendirnos antes de luchar, podemos prepararnos para la
Navidad
planificando
las comidas.
En primer lugar hay que tener claro que la Navidad no empieza el 1 de
diciembre, sino el 24,
con la cena
de Nochebuena;
hasta
ese día, en casa debemos proponernos hacer comidas
y cenas
ligeras,
ricas en verduras
y ensaladas,
sin fritos ni salsas, y reservar
los dulces
navideños
para los momentos
señalados
(Nochebuena,
Nochevieja,
Navidad
y Año
Nuevo).
En estas ocasiones podremos degustar los platos más elaborados y
beber moderadamente vino o cava.
Puede
ocurrir que antes del día 24 nos reunamos con amigos
y compañeros
de trabajo para celebrar las fiestas. Si prevemos más de un banquete
en pocos días, tendríamos que compensar los excesos
y renunciar a algunos platos. Esto se consigue limitando o
suprimiendo los aperitivos,
tomando raciones
más pequeñas,
evitando rebozados
y fritos
en las guarniciones, y haciendo una comida o una cena ligera
(sin apenas grasas y rica en verduras) para reducir
las calorías totales
del día.
Otro
consejo que hay que tener en cuenta es el de mantener las 5
comidas al día.
Lo recomendable es tomar a media mañana y a media tarde una pieza de
fruta
(naranja, mandarina, piña, pera...), o un yogur
desnatado,
de ese modo no llegaremos con hambre a las comidas principales y nos
costará menos trabajo controlar las cantidades que comemos.
A
la hora de escoger la
bebida,
mejor decantarnos por refrescos sin
azúcar,
cerveza sin
alcohol,
una copa de vino
o una copa de cava.
Habría que alternar las bebidas alcohólicas con el agua,
y reducir los licores
con más graduación.
Llegado
el momento de los dulces,
y dada la costumbre de servir la bandeja de turrones
durante la sobremesa, el truco para limitar cuánto comemos es poner
en un plato pequeño dos
o tres porciones,
¡y no repetir!
Para
terminar, un paseo
después de la comida o de la cena nos ayudará a hacer mejor la
digestión, a evitar la tentación de seguir comiendo, y a quemar
algunas calorías.
Los
días siguientes a las comidas familiares es aconsejable enriquecer
la dieta con verduras
y frutas
como endivia, escarola, alcachofas, apio, cebolla, piña, kiwi, pera,
... que aportan pocas calorías, mejoran la función del hígado y
tienen efecto diurético.
No
abandonar nuestra rutina diaria de ejercicio
físico
también contribuirá a disfrutar unas Navidades
sin kilos de más.
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